La Cochinilla, cultura de Lanzarote

¿Qué es la Cochinilla? 

Si vives o has visitado Lanzarote, habrás oído hablar alguna vez de la cochinilla pero..¿Sabrías decirme que es?

La cochinilla es un insecto que parasita al cactus Opuntia Ficus Indica, o más comúnmente conocido como tunera.

La cochinilla tiene por nombre científico Dactylopius coccus siendo el distintivo anatómico más destacable de esta familia de insectos el largo pico o rostro que poseen todas sus especies.

Gracias a este pico logran absorber el jugo de la planta, siendo este su único y exclusivo alimento.

 El origen del nombre Cochinilla parece encontrarse en el latín 'coccinus', cuyo significado es 'de color rojo'. Otra posibilidad de origen del nombre podría fundamentarse en la cochinilla de la humedad, ese pequeño insecto que suele encontrarse bajo las piedras del campo, que se enrolla formando una bolita cuando lo intentamos coger. 

La cochinilla se caracteriza por su acusado dimorfismo sexual. Mientras la hembra, de unos 5 a 6 mm de longitud y color gris plomizo presenta forma rechoncha y sin alas, el macho tiene por el contrario la apariencia de un insecto normal en el que se perciben claramente la cabeza, el tórax con sus alas y el abdomen, como si fuera una mosca pequeña de color blanco lechoso.

Tal es la diferencia de forma entre la hembra y el macho que podríamos creer al verlos que son dos insectos de especies distintas.

Pero el carácter anatómico más llamativo y sorprendente de este insecto en el sexo masculino es sin duda alguna la ausencia de órganos bucales con que poder alimentarse al haberlos perdido por atrofia durante el proceso de metamorfosis que sufre al pasar del estado de ninfa al de adulto.

Las crías en su primera fase de ninfas, tanto los machos como las hembras, no son fáciles de reconocer a simple vista debido a su extrema pequeñez.

Ya desde el momento de su nacimiento contiene la cochinilla el característico líquido carmesí que tanta fama ha dado al insecto y del que tanto se ha beneficiado la industria tintórea.

 

Su ciclo vital

Poco tiempo después de nacer, las crías abandonan la protección del cuerpo de la madre y se desplazan sobre el cactus en busca de un lugar en que clavar el pico o rostro. Una vez que encuentran su lugar ideal, quedan definitivamente instaladas, hasta tal punto que si por cualquier causa se desprenden de la planta ya no pueden asirse a ella de nuevo y mueren sin remisión. 

A partir de entonces el insecto vive inmóvil aferrado a la planta, por lo general formando agrupaciones más o menos compactas e irregulares de un buen número de individuos, a veces amontonados unos sobre otros, cuando no en grupos pequeños de pocos individuos, e incluso pueden verse ejemplares solos o aislados de los demás desperdigados sobre el cactus.

 

Una curiosa característica de este insecto hembra es que, una vez instalado sobre el cactus, segrega una especie de polvillo blanco de aspecto harinoso con el que se recubre.

El tiempo que tarda la hembra en alcanzar la edad adulta oscila entre dos y tres meses y medio, influyendo en ese desarrollo la temperatura ambiente reinante, acelerándose tal proceso con los calores estivales. Por su parte, las crías que se transforman en machos lo hacen al mes y medio o dos meses de edad, produciéndose entonces el curioso hecho de que pierden por atrofia sus órganos bucales y mueren de inanición a los pocos días, empleando ese escaso tiempo de vida que les queda, en fecundar las hembras.

 

Una vez pasado el invierno, el frío comienza a remitir y la cochinilla reactiva su reproducción, alcanzando el máximo en esta actividad durante los cálidos meses estivales siempre y cuando la temperatura no sea excesiva. Sin embargo en invierno, de no hacer mucho frío y si no llueve con demasiada violencia, no detiene su actividad procreadora, si bien ésta queda visiblemente ralentizada.

 

Es generalmente ovípara, pero en situaciones extremas puede utilizar otra forma de reproducción, un tanto excepcional en biología, que no obstante se da con cierta frecuencia en estos pequeños seres, es la llamada partenogénesis (del griego partenos, 'virgen', y génesis, 'generación'), consistente en que una hembra puede tener crías sin la intervención del macho.

 

Descripción de la tunera en que vive la cochinilla. 

La cochinilla puede vivir sobre diferentes especies del género Opuntia, de la familia de las cactáceas, pero la que ofrece mejores condiciones como planta hospedante para este insecto es la que se cultiva en Lanzarote con este fin, si bien sólo en su variedad de fruto blanco, la Opuntia ficus-indica, con anterioridad llamada O. ficus-barbarica y más recientemente con la sinonimia O. maxima.

Dicha planta que recibe en Lanzarote el nombre de tunera, en la Península el de chumbera y en América el de nopal, resulta inconfundible a la vista por sus características palas o pencas de hasta más de medio metro de longitud en forma de raqueta. 

Como dato curioso podemos decir que las hojas de las tuneras no son las pencas, sino las espinas.

Las tuneras, además de reproducirse de forma normal por medio de semillas, que son polinizadas por numerosos insectos y diseminadas luego por diversos animales al comer sus frutos –aves de diferentes especies, lagartos y roedores– puede reproducirse también perfectamente de forma natural por medio de las palas o pencas al quedar éstas parcialmente enterradas luego de caer al suelo al desprenderse de la planta.

Los campos de tuneras dedicados a la cría de la cochinilla reciben en la isla el nombre de 'huertas', o más concretamente 'cercados' cuando están rodeados de una pared de piedra seca. 

La recolección de la Cochinilla ha sido muy importante para los residentes de Lanzarote sobre todo en las zonas de Mala y Guatiza.

Si estás interesado en este insecto y quieres aprender más sobre él o cómo es la transformación para convertirlo en el tinte o colorante natural que ahora todos conocemos como E-120, no dudes en visitar el Museo y Centro de Interpretación y Transformación de La Cochinilla en Mala.

Foto: Rubén Acosta

 

Fuentes:

González Lemus, Nicolás: “La explotación de la cochinilla en las Canarias del siglo XIX”. Arquipélago-Historia (2001), 

Agustín Pallarés Padilla (Charla en el Centro Científico Cultural Blas Cabrera Felipe de Arrecife el 27-I-2003).